Nuestra vida la definen como una escalera que hay que escalar a cualquier costo, nos imponen objetivos absurdos, a veces difíciles de cumplir si en el sorteo te tocó el último lugar.
Los medios nos bombardean con estos conceptos, imponiendo, hasta que los tomamos como propios.
El tiempo pasa y el final de la escalera, la recompensa, nunca llega, hasta que al final del día solo fuimos un instrumento para un supuesto bien mayor… pero, ¿un bien mayor para quién?